Los trabajadores de oficina se aferran al teletrabajo e híbrido pese a la presión por volver

Aunque muchas empresas insisten en la vuelta a la oficina a tiempo completo, gran parte de los empleados se resisten y siguen valorando la flexibilidad del trabajo remoto por encima de todo.

El teletrabajo ya forma parte del día a día

  • En verano de 2025, los empleados de todo el mundo trabajan en remoto una media de 1,3 días por semana. Por regiones:

    • 1–2 días en EE.UU., Reino Unido y Australia

    • 1–1,5 días en Europa

    • 1 día en Latinoamérica y África

    • 0,5–1 día en Asia

  • Aunque en EE.UU. los medios hablan mucho del rechazo al teletrabajo, desde 2023 los modelos híbridos se han consolidado y ya son la norma aceptada. En Dinamarca, la flexibilidad laboral se valora tanto como un buen plan de pensiones o las vacaciones pagadas.

Beneficios claros para empleados y empresas

  • Según el State of Remote Work Report 2025:

    • El 69% de las empresas de EE.UU. permiten ya flexibilidad en el lugar de trabajo (frente al 51% en 2024).

    • Entre las compañías de menos de 500 empleados, el 73% ofrece flexibilidad total.

    • El 51% de los trabajadores prefiere teletrabajar a tiempo completo y afirma estar más satisfecho en su empleo.

    • Un rotundo 90% valora que el trabajo remoto mejora su flexibilidad y su equilibrio entre vida personal y laboral.

Aun así, crecen los mandatos de vuelta a la oficina

  • Grandes empresas internacionales –como Amazon, Goldman Sachs, JP Morgan, SpaceX o Tesla– han lanzado en 2025 políticas que exigen presencia en oficina toda la semana. En Europa, cada vez más compañías limitan el teletrabajo a un solo día por semana.

  • Algunos directivos justifican esta tendencia por las dificultades de gestionar equipos a distancia. Sin embargo, investigaciones de la profesora Christine Ipsen (Universidad Técnica de Dinamarca) muestran que el trabajo remoto no reduce la eficacia de los empleados.

  • El estratega Curt Steinhorst va más allá: sostiene que las políticas de vuelta a la oficina no se deben a la productividad, sino a la desconfianza, el control y la dinámica de poder de los empleadores.